Cátedra Raúl Porras Barrenechea

Blog-Homenaje a la memoria de Raúl Porras Barrenechea,
Historiador y Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

23 junio 2006

Porras, biógrafo de Pizarro
El historiador que enriqueció nuestra idea del conquistador

En 1941 Porras afirmó, acerca de la biografía de Pizarro, que ninguna había estado "más llena de errores rutinarios, de invenciones legendarias, de imputaciones monstruosas, de retórica plañidera y de rebañega repetición de mentiras que la vida de este conquistador".

Por Rafael Varón Gabai
Historiador

El más grande innovador de los estudios sobre Francisco Pizarro a lo largo de los cinco siglos que nos separan del conquistador del Perú fue Raúl Porras Barrenechea. Su prosa, que impacta y tiene la fuerza del discurso oral, se sustenta en la precisión y rigor que sólo proporciona la consulta de los documentos históricos. Pero no fue ese su mayor mérito, ni tampoco el amplio dominio que tuvo sobre la vida cotidiana del siglo XVI: la gran virtud de la obra pizarrista de Porras consistió en haber forjado una nueva conceptualización del conquistador del Perú y que, oportunamente, enmarcó en una propuesta política que reconocía el desarrollo histórico y cultural del país.

Porras se entusiasmó con la personalidad de Pizarro y consideró que injustamente había sido evaluada con criterios modernos. En su estancia de 1935 en el Archivo de Indias de Sevilla se dedicó a Pizarro como tema único de investigación, labor que prosiguió en los principales repositorios españoles, según apunta Guillermo Lohmann Villena. Entonces Porras arremetió contra la imagen que la historiografía peruana y extranjera había atribuido al conquistador.

LOS HALLAZGOS

La obra de Porras es rica en cuanto a la diversidad de contenidos que encierra. Pero incursionó sobre todo en el pasado: el historiador peruano rescató de los papeles viejos una ciudad de Trujillo de España ignota para sus habitantes y sus estudiosos. En ella descubrió los lugares fundamentales de la biografía del conquistador. En palabras de Lohmann, Porras "consiguió comprobar que el solar de esta familia [Pizarro] no era el que se mostraba a los turistas; que la tumba atribuida a Gonzalo Pizarro el Largo [padre del conquistador] era apócrifa, y por último, con júbilo imaginable, localizó en la calle de los Tintoreros del arrabal de la ciudad, la verdadera casa natal del conquistador del Perú".

Si bien otros estudiosos investigaron al conquistador del Perú en las primeras décadas del siglo XX, no cabe duda de que fue Porras quien produjo los trabajos más innovadores sobre la vida y entorno de Pizarro abarcando temas como los padres del conquistador y las condiciones del medio trujillano de comienzos del siglo XVI, sus vínculos matrimoniales, descendencia, testamentos y su muerte y entierro. Como resultado, Porras impuso un nuevo Pizarro entre los círculos académicos españoles y peruanos al descartar por erróneos la mayor parte de los datos por entonces aceptados.

Es lamentable que Porras no hubiese podido concluir en vida su gran obra sobre Pizarro, ya que su libro póstumo no recoge adecuadamente el resultado de sus investigaciones.

Cabe señalar el uso contemporáneo que hace Porras de la historia. Desde su escaño en el Senado, apunta Jorge Guillermo Llosa, Porras lleva al gran público un Pizarro real, con virtudes y defectos, y lo convierte en el foco de atención sobre la base de hechos que habían ocurrido y que obligaban a compartir los méritos y las penas de los antepasados. Sus planteamientos buscan rescatar para la reflexión del momento político los acontecimientos pasados y traducirlos en un discurso de futuro.

Aunque Porras reconoció y enfatizó el papel de los indígenas como actores que enfrentaron políticamente y con iniciativa propia a los conquistadores, hoy podemos asegurar que exageró la concepción de Pizarro como forjador de la peruanidad. Pero también es justo reconocer que el historiador perfiló un rostro humano del hombre que hasta entonces se había mantenido incólume en su sitial de protagonista de la conquista del Perú.

El recuerdo de María Rostworowski

Cierta vez, interrogada la doctora María Rostworowski por Raúl Porras, de quien se considera discípula, dijo que lo había conocido en Ancón durante un viaje de vacaciones. Entonces "... le conté mi osadía de querer escribir un libro sobre Pachacútec. Se interesó y me ayudó. Me dijo que tirara los cuadernos y me enseñó cómo fichar, y cómo hacerlo desde el principio. Y me daba más información de cronistas. Yo apuntaba lo que me decía y luego, cuando regresé a Lima, buscaba todos los libros. Y cada vez que tenía una dificultad, lo invitaba a cenar a la casa. Después de la cena, ahí, en mi casa, él caminaba de arriba abajo, en un cuarto, de esos largos, con las manos en el chaleco mientras yo escribía apuradamente lo que me decía. Pasaron los años y me consiguió permiso para ir a San Marcos, sacar libros de la biblioteca, escuchar las conferencias y los cursos que a mí me interesaban" (En: Arqueología, Antropología e Historia en los Andes. Homenaje a María Rostworowski, Lima, IEP, BCR, 1997. p. 39).


Publicado en el Suplemento El Dominical del diario El Comercio, el 21 de noviembre de 2004, p. 8
El Reportero de la Historia, 7:20 p. m.